Testimonio
Tras la última sesión, mis clientas escriben qué tal les resultó la experiencia
Recibir esta carta de una de personas con las que finalicé un proceso de coaching, me emocionó mucho. Ella me ha autorizado a publicar aquí sus letras, por si te pueden servir a tí para decidirte a iniciar tu propio proceso de transformación.
Queridísima AdaEva:
Durante este mes que hemos estado
intensamente trabajando juntas, has podido llegar donde nadie ha llegado hasta
ahora, a la herida más profunda de mi corazón para coserla como el mejor cirujano,
con delicadeza y profesionalida, para poder perdonarme y olvidar el
significado de la palabra culpable.
Me ayudaste a comprender y descifrar que mi realidad exterior es un reflejo de mi interior,
para conocerme mejor liberarme de la actitud de víctima, asumir responsabilidades;
en definitiva, para ser una persona sabia y libre.
Me enseñaste que las emociones y
los pensamientos no deben ir unidos si yo no quiero; que antes de una reacción a
una emoción es mejor que tome
consciencia de ello y respire unos minutos.
Me agitaste como si de una bola de cristal con bolas se tratara,
para identificar mis valores, para
probar nuevas experiencias pasando a la acción, para distinguir las tareas
importantes de las que no lo son, y muchas cosas que se quedan instalas en la
consciencia y en el corazón.
Me guiaste para potenciar mis
fortalezas tanto físicas como intelectuales, para tener nuevos retos y sobre todo a aceptarme.
Contigo aprendí a decirme cada
día:
"Soy Mara: maravillosa, fabulosa,
extraordinaria y perseverante.
Actúo en vida según mis valores: responsabilidad, honestidad y amistad. Quiero vivir la vida gozando, compartiéndola
con los demás, siendo libre".
Gracias AdaEva, porque desde hace
años me he sentido un muñeco destrozado
por mí misma, que iba diambulando por la
vida sin ilusión, sin ganas de vivir, que tú con gran generosidad, compromiso,
confidencialidad, aceptación y humor,
has podido recomponer, para que viva con alegría y pasión, aunque no siempre
salgan las cosas como una quiere.
Espero que nuestras vidas se
encuentren algún día y nos riamos, nos
contemos nuestros proyectos y retos, yo mientras tanto tengo mi mochila llena
para iniciar un camino y siempre te
tendré como guía para disfrutar cada minuto de la vida.
Besos, M.